Fabulosas narraciones por historias, de Antonio Orejudo, es un de mis libros preferidos de la literatura española de los diez últimos años. El protagonismo corresponde a la Residencia de Estudiantes, a principios de los años 20, en la que tres muchachos inician una estrecha amistad: Patricio, sobrino de José María Pereda, que sueña con ver publicada su novela realista; Martiniano, sobrino de Azorín, azotado por el resentimiento contra la intelectualidad, y Santos, de origen rural, aficionado a la literatura pornográfica de La Pasión y al arrebatador erotismo de las mujeres maduras. El espíritu contestatario de los tres jóvenes pone en peligro el proyecto de La Residencia: crear una nueva generación literaria (la del 27), dirigir su difusión y controlar los beneficios editoriales derivados de todo ello. El barón Leo Babenberg, que financia el proyecto a la sombra de Ortega y Gasset, practicará sus excelencias manipuladoras con los tres amigos para neutralizar toda resistencia. Orejudo destroza la Residencia , a la Generación del 27 y sobre todo al soso de García Lorca, al que retrata como un niñato deseoso de leer sus poesías a cualquiera.
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